Luego de un extenso debate entre los miembros del grupo y a partir de los tópicos planteados en la primera aproximación, tomamos la decisión de realizar una representación gráfica que reflejara las conclusiones a las que habíamos abordado. En este sentido, elegimos a la semilla como metáfora, para representar al sujeto -nosotros- que intenta incursionar en el campo de la comunicación. Entendemos así que esta semilla se encuentra sembrada de un contexto socio-político e histórico determinado, y se vale, entre otras cosas, de la formación académica para su desarrollo, y se nutre de diferentes disciplinas de las ciencias sociales -psicología, economía, política, antropología, semiótica, sociología, epistemología, etc-, que aportan a su crecimiento y a la vez establecen límites al campo.
La semilla, entonces, se desarrolla gracias a un campo interdisciplinario donde las teorías intentan aportar categorías de análisis para el estudio del objeto del campo de la comunicación. La semilla tiene sus raíces en los intereses e inquietudes personales de cada sujeto y en las experiencias de vida que la acercaron a las ciencias sociales y a la comunicación como disciplina. Estas cuestiones se remiten a preocupaciones sobre el desarrollo de los vínculos sociales, construcciones de sentido a partir de las herramientas comunicacionales aplicadas (reflexión conceptual sobre el uso y manipulaciones de mensajes mediáticos, críticas epistemológicas, etc.), y el rol del comunicador como agente social y político.
Una vez que nace y crece, como árbol se fortalece a través de las prácticas profesionales tales como gestión cultural y social, marketing, periodismo, política, investigación, docencia, producción de medios, comunicación institucional, relaciones públicas, etc. Remitiéndonos a la metáfora, y continuando el ciclo de la vida, podemos decir que las hojas son los diferentes campos donde se puede desarrollar un comunicador mientras que sus ramas serán las acreditaciones que permiten el desenvolvimiento de la práctica.Toda planta necesita una fuente de vida, necesita ser alumbrado de una luz vital, necesita del Sol, en este caso se trata de la vocación que inspirará a cada sujeto a realizar su tarea. El círculo que hemos descrito finaliza y vuelve a comenzar cuando sus hojas caen al terreno, abonando y constituyendo un acervo cultural, que a modo de bien común, puede re-transmitirse y re- significarse por nuevos actores que serán, a su vez, nuevas semillas.
VIDEO DEL MOMENTO DE MANIFESTAR LA SEMILLA
